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Virtudes Valero: «El miedo a acudir la ginecólogo no desaparece puesto que se crean inseguridades»



Ginecóloga sosteniendo el aparato reproductor femenino/ Fuente: vitaluna.es


Marina Fugardo. Valencia



P: ¿Con qué frecuencia es recomendable pedir cita para ir al ginecólogo?


R: El promedio normal ronda entre el año, año y medio, depende de la situación de cada mujer.



P: ¿A qué edad es necesario acudir al ginecólogo?


R:No es una edad especifica sino una edad en la que la mujer empieza a tener relaciones sexuales o que sufriera alguna alteración en las menstruaciones o cualquier irregularidad que necesitase un ginecólogo pero no hay una edad fija para acudir a la consulta.



P: ¿Cuáles son los principales motivos de consulta?


R: La más frecuente es la demanda de pastillas anticonceptivas por diversos motivos como puede ser alteraciones de la menstruación, para mantener relaciones de una forma más segura o regulación del acné. Las revisiones también son muy frecuentes ya que se realizan por el hecho de descartar cualquier problema que pueda sufrir la mujer. Y, la más común y obvia, el embarazo, para hacer una revisión de que el bebé está bien, la madre se encuentre en buen estado para criar a la criatura, etc.



P: ¿Consideras que hay cierto miedo a acudir a las consultas de ginecología? ¿Por qué?


R:Cada vez hay menos mujeres, sobre todo jóvenes, que le cogen menos miedo a acudir a la consulta de ginecología. Pero sí que es cierto que el miedo no desaparece puesto que se crean ciertas inseguridades a la hora de desconocer lo que verdaderamente es acudir al ginecólogo. Algunas de las causas por las que las mujeres temen ir a la consulta pueden ser el desconocimiento de lo que se les va a realizar, si les va a causar algún dolor, poca experiencia en el tema, inseguridades tanto físicas como mentales o por preocupaciones a la hora de que haya alguna posibilidad de encontrar algún problema que no se esperan.



P: ¿Cómo convencerías a una chica joven a que fuese a tu consulta?


R: Simplemente le comentaría que es una exploración normal como cuando vas a la doctora de cabecera que te inspecciona la vista, los oídos, la respiración y te mide el peso y la altura. Solamente que se trata de una parte diferente del cuerpo como es la vagina o incluso los senos, que son partes muy importantes que las mujeres deben conocer y saber cuidar para la prevención de algún tipo de tumor o cáncer. El proceso de revisión es totalmente inofensivo puesto que se hace con todo el cariño posible, con cuidado ya que las mujeres se pueden sentir un poco cohibidas y tensas y eso desfavorece a la relajación de la vagina. También se le explica cualquier cosa sobre lo que se va a explorar para que la paciente tenga en cuenta lo que tiene y cómo visualizar ciertos problemas que pueda evitar en un futuro. Y todo desde la más profunda confianza y sin ningún juicio ya que todas hemos pasado y pasamos por esos momentos y ninguna es inferior a otra por tener un problema en sus zonas íntimas ya que todas tenemos lo mismo y debemos querernos así.



P: ¿Consideras que las jóvenes tienen conciencia de que ir al ginecólogo es algo normal?


R: Sí y eso se debe a que cada vez más, las jóvenes, en este caso, son más conscientes de las enfermedades y problemas que hay y las posibles prevenciones que deben llevar a cabo para estas ocasiones. Por ello, son cada vez más las chicas jóvenes que vienen a mi consulta porque así se quedan más tranquilas, resuelven sus dudas que no siempre las madres les pueden dar solución y tienen una idea más clara del funcionamiento de la vagina y de todas sus partes que la forman.



P: ¿Y de que es necesario?


R: Por supuesto porque hay muchas alteraciones que sufren algunas de ellas que se puede poner solución acudiendo al ginecólogo.



P: ¿Por qué decidiste estudiar esto y trabajar en ello?


R: El momento no lo recuerdo pero sabía 100% que era la única profesión que quería ocupar. Descarté por completo lo de ser médico y me encaminé hacia la ginecología. Uno de los principales motivos fue por los embarazos y partos ya que son la pasión de mi vida desde que soy bien pequeña y formar parte de ellos, atender a las embarazadas y acompañarlas hasta el final es algo que a mí, personalmente, me llena bastante y me hace feliz.



P: Cuando eras más joven, ¿tenías las mismas dudas y miedos a ir al ginecólogo que las chicas de ahora?


R: Cuando yo era más joven, no estaba tan visto lo de ir al ginecólogo ya que, en mi caso, mi madre nunca me insistió en ir al ginecólogo a hacerme alguna revisión o a que me recetaran las pastillas anticonceptivas. Cuando empecé a estudiar medicina con 18 años, ya tuve más conciencia de que debía ir con más frecuencia al ginecólogo. Se podría decir que fui de las primeras generaciones que descubrí el ginecólogo a una edad temprana, debido a la

época que era. Ahora, en pleno siglo XXI, el ginecólogo es como cuando vas al dentista o a la peluquería incluso, algo totalmente normal y necesario para el cuidado de las mujeres.

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